LA LAGUNA SHURURO
La laguna Shururo, ubicada en la parte baja del cerro Poyuntecucho, en la margen derecha del Hatumayo (río grande), hoy río Celendín. Era hija del dios estelar CHISHIPACHI, en la Princesa Mama Yako.
En su centro había una amplia y llana piedra, formando una especie de isla, donde salía para solearse una hermosa vaca amarilla; que con los rayos del Sol, brillaba como el oro. El rey de la comarca, creía que este rumiante era de oro; y pretendía apoderarse.
Frente a esta laguna, separad por el hatumayo, vivía un bravo y temible puma (león americano); que, también se había antojado de esta tentadora vaca amarilla; pero no para hacerse millonario, sino para aprovechar de su rica y nutritiva leche.
El rey de esta comarca, para hacerse millonario, contrató un famoso brujo para raptar a la vaca de oro. Este hechicero, compadre y ayudante del Shape (demonio), solicitó los servicios de su compadre Shape.
Este maligno espíritu se transformó en un gigante cóndor y esperó que salga la codiciada vaca amarilla, para tomar baños de sol.
Tan pronto la vaca amarilla como el oro, salió a su piedra, el terrible cóndor, cayó desde lo alto del espacio, de picada, sobre la incauta e inocente vaquita. La agarró con sus fuertes garras y sus resistentes patas; y la suspendió por el espacio aéreo.
Advirtiendo este repentino hecho, el dios estelar Chishipachi, padre de la laguna Shururo; transformándose en ángel guerrero, se enfrentó con el cóndor raptor, trabándose una terrible lucha aérea. La naturaleza se espantó; las aguas de la laguna se levantaron como una columna de una llamarada; rugieron los truenos; se desencadenó una estruendosa y temeraria tempestad; los rayos se encresparon, como serpientes, para alumbrar al ángel guerrero y rescatar a la vaquita amarilla y derrotar al maldito Shape (demonio).
Vencido el cóndor raptor por obra benigna del dios estelar Chishipachi, fue rescatada la vaquita amarilla, joya viviente de la laguna Shururo.
El puma que miraba atónito, desde su cueva el rapto y la pelea aérea del cóndor y el ángel guerrero, temblaba de espanto a pesar de su fiereza y valentía natural. De pronto vio, con alegría que el ángel guerrero vencía al cóndor raptor; que cayó derrotado, huyendo por lontananza; quizá avergonzado y maltrecho.
El puma atravesando el río Hatumayo , fue a visitar y felicitar a la laguna por haber rescatado su vaquita amarilla; y, a la vez, invitarla que traslade sus bienes y su morada a la estancia felina; donde le dará albergue, atenciones mil y seguridad para vivir sin peligros de lo que ha pasado; él (puma) será su celoso y fiel custodio.
La laguna Shururo, aceptó gustosa la invitación de su vecino; y trasladó su estancia, con ayuda de su padre estelar Chishipachi.
La vaca amarilla y el puma gris claro, salían a solearse en su isla pétrea.
Los transeúntes los miraban con asombro; y pensaban que la laguna Shururo, tiene dos joyas preciosas: la vaca de oro y el puma de plata; y éstas, son la madre y el padre de la laguna.
La laguna Shururo, ha existido hasta mediados del siglo XX. Los celendinos iban de paseo por este pintoresco ambiente, hasta se bañaban en sus aguas frías y cristalinas.
Fuente escrita: Folletos del Profesor José Pelayo Montoya Sánchez, Cajamarca
Escolar: Estelita Mardelí Portal Salazar, 10 años; Celendín, Cajamarca
La laguna Shururo, ubicada en la parte baja del cerro Poyuntecucho, en la margen derecha del Hatumayo (río grande), hoy río Celendín. Era hija del dios estelar CHISHIPACHI, en la Princesa Mama Yako.
En su centro había una amplia y llana piedra, formando una especie de isla, donde salía para solearse una hermosa vaca amarilla; que con los rayos del Sol, brillaba como el oro. El rey de la comarca, creía que este rumiante era de oro; y pretendía apoderarse.
Frente a esta laguna, separad por el hatumayo, vivía un bravo y temible puma (león americano); que, también se había antojado de esta tentadora vaca amarilla; pero no para hacerse millonario, sino para aprovechar de su rica y nutritiva leche.
El rey de esta comarca, para hacerse millonario, contrató un famoso brujo para raptar a la vaca de oro. Este hechicero, compadre y ayudante del Shape (demonio), solicitó los servicios de su compadre Shape.
Este maligno espíritu se transformó en un gigante cóndor y esperó que salga la codiciada vaca amarilla, para tomar baños de sol.
Tan pronto la vaca amarilla como el oro, salió a su piedra, el terrible cóndor, cayó desde lo alto del espacio, de picada, sobre la incauta e inocente vaquita. La agarró con sus fuertes garras y sus resistentes patas; y la suspendió por el espacio aéreo.
Advirtiendo este repentino hecho, el dios estelar Chishipachi, padre de la laguna Shururo; transformándose en ángel guerrero, se enfrentó con el cóndor raptor, trabándose una terrible lucha aérea. La naturaleza se espantó; las aguas de la laguna se levantaron como una columna de una llamarada; rugieron los truenos; se desencadenó una estruendosa y temeraria tempestad; los rayos se encresparon, como serpientes, para alumbrar al ángel guerrero y rescatar a la vaquita amarilla y derrotar al maldito Shape (demonio).
Vencido el cóndor raptor por obra benigna del dios estelar Chishipachi, fue rescatada la vaquita amarilla, joya viviente de la laguna Shururo.
El puma que miraba atónito, desde su cueva el rapto y la pelea aérea del cóndor y el ángel guerrero, temblaba de espanto a pesar de su fiereza y valentía natural. De pronto vio, con alegría que el ángel guerrero vencía al cóndor raptor; que cayó derrotado, huyendo por lontananza; quizá avergonzado y maltrecho.
El puma atravesando el río Hatumayo , fue a visitar y felicitar a la laguna por haber rescatado su vaquita amarilla; y, a la vez, invitarla que traslade sus bienes y su morada a la estancia felina; donde le dará albergue, atenciones mil y seguridad para vivir sin peligros de lo que ha pasado; él (puma) será su celoso y fiel custodio.
La laguna Shururo, aceptó gustosa la invitación de su vecino; y trasladó su estancia, con ayuda de su padre estelar Chishipachi.
La vaca amarilla y el puma gris claro, salían a solearse en su isla pétrea.
Los transeúntes los miraban con asombro; y pensaban que la laguna Shururo, tiene dos joyas preciosas: la vaca de oro y el puma de plata; y éstas, son la madre y el padre de la laguna.
La laguna Shururo, ha existido hasta mediados del siglo XX. Los celendinos iban de paseo por este pintoresco ambiente, hasta se bañaban en sus aguas frías y cristalinas.
Fuente escrita: Folletos del Profesor José Pelayo Montoya Sánchez, Cajamarca
Escolar: Estelita Mardelí Portal Salazar, 10 años; Celendín, Cajamarca
No hay comentarios:
Publicar un comentario