EL PODER DEL AGUA DE LA MUYUNA
Cuenta el abuelo de mí mamá, que Moyobamba, ciudad capital de la antigua provincia de Maynas y hoy del departamento de San Martín, hace muchísimos años atrás su gente era ingenua y muy sana en su actuar.
Habían personas que apenas conocían el entorno de su barrio, difícilmente otras ciudades aledañas, pues no habían vehículos motorizados y los pocos hombres que lograban movilizarse, tenían que tramontar cerros, quebradas, cruzar ríos nadando, que eran justamente los comerciantes de sombreros de bombonaje.
La población moyobambina estaba rodeada de inmensos árboles madereros, si una avioneta cruzaba los aires por esto lares, solamente divisaba un mar verde de vegetación, de tal manera que no se observaban las pocas viviendas que habían.
Moyabamba no tenía agua potable como hoy día, pues para su uso doméstico, tenían que cargar en latas especiales desde los chorros naturales como la Muyuna, Caparina o chupaderos que habían en el barrio de Lluillucucha, donde además las huambras se reunían a lavar las ropas de sus sheretes y llullitos.
Una mañana primaveral apareció por estos lugares un hombre muthisco, alto, de barba dorada, diríamos un pucacho de la alta alcurnia española y quedándose mangañahui miraba a un ramillete de huambrillas que lavaban ropa en unas bateas hechas de madera. Éste, tenía mucha sed de beber y acercándose a las damas, expresó ¡Qué pueblo tan atrasado! ¡No tiene ni agua potable!
María que era la chica más chuchusapa y bola siqui, le increpó rápidamente –¡Alaocito! ¡Alaocito! Joven, no tenemos agua potable, pero esta agüita del chorro de la Muyuna es la más pura, cristalina y limpia. Ah.... y persona que la bebe sea hombre o mujer, se queda en esta tierra para toda su vida.
El gringo reía a carcajadas y exclamó ¡Qué ocurrencia la tuya! ¡Agüita de chorro! Ja, ja, ja, ja, ja, ja. Se queda en esta tierra, ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Entonces sacó de su morral que llevaba colgado en sus hombros un pocillo dorado, se acercó al chorro y llenándolo de agua, la ingirió. Tomó una, otra y otra pócima y dijo: ¡Qué agradable agua! ¡Increíble! Ni en España he tomado agua tan exquisita como esta.
Habían pasado cinco minutos aproximadamente, de pronto empezó a oscurecerse y a llover con gran intensidad, pero la lluvia fue tan rápida, que ellos al querer guarecer debajo del tambo hecho con techo de hojas de palmeras, calmó.
Luego apareció intempestivamente un hada cubierta con vestidos plateados y una corona de oro. Ellos asustados miraban la presencia de la ninfa de las aguas y cuando quisieron esconderse, el hada los cogió de la mano y les dijo: yo soy la madre de este antiquísimo chorro de agua, lo cuido y en su largo recorrido no permito que nadie corte los árboles que están a su alrededor, porque entonces se secarían las fuentes y como tú la has bebido, te casarás con María, porque todo humano que toma el agua de mi chorro, se queda en este bello pueblo y se casa.
Había terminado de hablar el hada y el joven se sintió pusangueado por María diciéndole que la quería y deseaba contraer matrimonio, porque al ingerir el agüita del chorro, la huambrilla lo volvió huayra uma, sin saber qué hacer.
A solicitud del forastero, el ser misterioso procedió a realizar la ceremonia nupcial, formando a la nueva familia, luego desapareció como un relámpago, perdiéndose en el enigmático chorro de agua. Por eso, todo forastero que llega a Moyobamba e ingiere esta agüita del chorro de la Muyuna, se queda para siempre. Yo soy uno de ellos, que llegué desde la ciudad de Cutervo a comprar sombreros hace muchísimos años y me casé con Anastasia Vásquez, dijo mi bisabuelo terminando de contarme esta lindísima leyenda.
GLOSARIO
ALAOCITO: ¡Pobrecito! ¡Qué pena!
BOLA SIQUI: Que tiene nalgas abultadas.
CHUCHUSAPA: Mujer con senos grandes.
CHUPADERO: Terreno pantanoso, cenegoso, atolladero.
HUAMBRILLA: Señorita. Mujer tierna.
HUAYRA UMA: Persona olvidadiza, medio loca.
LLULLITO: Niño pequeño.
MANGA ÑAHUI: Abrir los ojos con exageración. Admirarse.
MUTHISCO: Persona de ojos zarcos.
PUCACHO: Persona de rostro colorado.
PUSANGA: Filtro de amor. Brujos, curanderos y curiosos que preparan la pusanga para atraer al hombre o mujer con fines amorosos (pusangueados)
SHERETE: Enamorado, marido.
Fuente oral: Bartolomé Gómez López; Provincia de Rioja
Escolar: Lorena Milagros Vivas Gómez; 11 años; Moyobamba, San Martin
Asesor: Bernardo Vivas Tantaleán
Cuenta el abuelo de mí mamá, que Moyobamba, ciudad capital de la antigua provincia de Maynas y hoy del departamento de San Martín, hace muchísimos años atrás su gente era ingenua y muy sana en su actuar.
Habían personas que apenas conocían el entorno de su barrio, difícilmente otras ciudades aledañas, pues no habían vehículos motorizados y los pocos hombres que lograban movilizarse, tenían que tramontar cerros, quebradas, cruzar ríos nadando, que eran justamente los comerciantes de sombreros de bombonaje.
La población moyobambina estaba rodeada de inmensos árboles madereros, si una avioneta cruzaba los aires por esto lares, solamente divisaba un mar verde de vegetación, de tal manera que no se observaban las pocas viviendas que habían.
Moyabamba no tenía agua potable como hoy día, pues para su uso doméstico, tenían que cargar en latas especiales desde los chorros naturales como la Muyuna, Caparina o chupaderos que habían en el barrio de Lluillucucha, donde además las huambras se reunían a lavar las ropas de sus sheretes y llullitos.
Una mañana primaveral apareció por estos lugares un hombre muthisco, alto, de barba dorada, diríamos un pucacho de la alta alcurnia española y quedándose mangañahui miraba a un ramillete de huambrillas que lavaban ropa en unas bateas hechas de madera. Éste, tenía mucha sed de beber y acercándose a las damas, expresó ¡Qué pueblo tan atrasado! ¡No tiene ni agua potable!
María que era la chica más chuchusapa y bola siqui, le increpó rápidamente –¡Alaocito! ¡Alaocito! Joven, no tenemos agua potable, pero esta agüita del chorro de la Muyuna es la más pura, cristalina y limpia. Ah.... y persona que la bebe sea hombre o mujer, se queda en esta tierra para toda su vida.
El gringo reía a carcajadas y exclamó ¡Qué ocurrencia la tuya! ¡Agüita de chorro! Ja, ja, ja, ja, ja, ja. Se queda en esta tierra, ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Entonces sacó de su morral que llevaba colgado en sus hombros un pocillo dorado, se acercó al chorro y llenándolo de agua, la ingirió. Tomó una, otra y otra pócima y dijo: ¡Qué agradable agua! ¡Increíble! Ni en España he tomado agua tan exquisita como esta.
Habían pasado cinco minutos aproximadamente, de pronto empezó a oscurecerse y a llover con gran intensidad, pero la lluvia fue tan rápida, que ellos al querer guarecer debajo del tambo hecho con techo de hojas de palmeras, calmó.
Luego apareció intempestivamente un hada cubierta con vestidos plateados y una corona de oro. Ellos asustados miraban la presencia de la ninfa de las aguas y cuando quisieron esconderse, el hada los cogió de la mano y les dijo: yo soy la madre de este antiquísimo chorro de agua, lo cuido y en su largo recorrido no permito que nadie corte los árboles que están a su alrededor, porque entonces se secarían las fuentes y como tú la has bebido, te casarás con María, porque todo humano que toma el agua de mi chorro, se queda en este bello pueblo y se casa.
Había terminado de hablar el hada y el joven se sintió pusangueado por María diciéndole que la quería y deseaba contraer matrimonio, porque al ingerir el agüita del chorro, la huambrilla lo volvió huayra uma, sin saber qué hacer.
A solicitud del forastero, el ser misterioso procedió a realizar la ceremonia nupcial, formando a la nueva familia, luego desapareció como un relámpago, perdiéndose en el enigmático chorro de agua. Por eso, todo forastero que llega a Moyobamba e ingiere esta agüita del chorro de la Muyuna, se queda para siempre. Yo soy uno de ellos, que llegué desde la ciudad de Cutervo a comprar sombreros hace muchísimos años y me casé con Anastasia Vásquez, dijo mi bisabuelo terminando de contarme esta lindísima leyenda.
GLOSARIO
ALAOCITO: ¡Pobrecito! ¡Qué pena!
BOLA SIQUI: Que tiene nalgas abultadas.
CHUCHUSAPA: Mujer con senos grandes.
CHUPADERO: Terreno pantanoso, cenegoso, atolladero.
HUAMBRILLA: Señorita. Mujer tierna.
HUAYRA UMA: Persona olvidadiza, medio loca.
LLULLITO: Niño pequeño.
MANGA ÑAHUI: Abrir los ojos con exageración. Admirarse.
MUTHISCO: Persona de ojos zarcos.
PUCACHO: Persona de rostro colorado.
PUSANGA: Filtro de amor. Brujos, curanderos y curiosos que preparan la pusanga para atraer al hombre o mujer con fines amorosos (pusangueados)
SHERETE: Enamorado, marido.
Fuente oral: Bartolomé Gómez López; Provincia de Rioja
Escolar: Lorena Milagros Vivas Gómez; 11 años; Moyobamba, San Martin
Asesor: Bernardo Vivas Tantaleán