miércoles, 20 de junio de 2007

FELIZ AÑO NUEVO A LOS PUEBLOS ANDINOS


ALLIN KAUSAY, FELIZ AÑO NUEVO ANDINO 21 DE JUNIO


Nuestros ancestros vivían en armonía con la naturaleza, el respeto a la pachamama, al sol, a los elementos naturales estaba en la base de su concepción ética. Sabían leer en la naturaleza, interpretar los mensajes que ella enviaba. Es así que cuando astronómicamente el sol se aleja de la tierra y que para los que vivimos en el hemisferio sur viene a ser el solsticio de invierno, el 21 de junio, las culturas ancestrales andinas celebraban y aun celebran EL AÑO NUEVO ANDINO, para los quechuas es el Atún Inti Raymi o Inti Muchana Punchay o Watar’iti, Mosoq Willka; para los aymaras es la fiesta de PachaKuti o Willka Kuti o Jacha Laymi o Mara T’aka.
El año nuevo era el momento indicado para purificarse y renovarse y en la ceremonia el Inca agradecía al Padre Sol por los frutos recibidos de la madre tierra La Pachamama y pedía que el nuevo año fuese también fecundo. Esta ceremonia significaba el fin y el inicio de un nuevo ciclo de vida de la Pachamama y la producción agropecuaria. La Madre Tierra, cada año, cada ciclo, hace el amor con el Sol y es fecundada y producto de este acto nace un nuevo pacha, los especialistas sacerdotes, yatiris, etc, le toman el pulso a la madre tierra, leen en ella como será el nuevo año y mas aun palpan al fruto concebido para conocer como será su carácter durante el año, de allí que dirán o mejor dicho predecirán el clima, las lluvias, la cosecha, la reproducción de los animales. Este vinculo íntimo con la naturaleza les permite interpretarla basados en los mensajes que ella da cada momento, esa capacidad de leer en la naturaleza, es precisamente lo que les da base a sus predicciones. En la actualidad, hemos perdido esa capacidad de leer en la naturaleza, nos hemos vuelto analfabetos ambientales, no somos capaces de interpretar los mensajes que a gritos nos da la madre tierra. Es precisamente este analfabetismo lo que nos lleva a contaminar los ríos y lagunas, los mares y las tierras, matar a las especies animales y vegetales en nombre del desarrollo, del crecimiento, en nombre de ganar y ganar dinero, sin importar el daño que se hace a nuestro único hogar.
Para algunos el celebrar este Año Nuevo Andino será motivo de critica por fomentar el encadenamiento al pasado de una manera irreflexiva, sin embargo para los que estamos en el aprendizaje de leer en la naturaleza es un motivo de profundo análisis, y el de entender cuan sabios fueron nuestros antecesores al respetar su medio ambiente, al convivir en armonía con su entorno, fueron practicantes del buen vivir, del ALLIN KAUSAY, de lo que los países del primer mundo hoy llaman “calidad de vida”.
En estos tiempos donde estamos tan preocupados por el cambio climático, donde pedimos a los del Grupo de los 8 (G-8) que paren la contaminación del planeta, les invitamos a iniciar su alfabetización ambiental y comenzar el proceso de aprender en la naturaleza y a respetar a la tierra.
A todos los sudamericanos que vivimos bajo la protección de los Andes un FELIZ AÑO NUEVO ANDINO, que logremos el ALLIN KAUSAY y que la PACHAMAMA nos depare el mejor de sus frutos para este año.
Ing. Fanny Fernández Melo
YUNKAWASI-PERU

LEYENDA SOBRE LA CONCEPCION DEL AGUA EN EL MUNDO ANDINO

LA FAMILIA DEL AGUA EN EL ALTIPLANO PUNEÑO

Esta leyenda es una recopilación de hechos encontrados en las comunidades campesinas del Sur Andino. Ahora nos ocupamos del agua como elemento principal y fuente de vida. A su vez sobre el agua se tejen legendarias y hermosas historias y nosotros presentamos una de ellas.

Se dice que desde tiempos inmemoriales la naturaleza Pachamama vive en relación con el hombre, ha sido y es la Diosa reconocida por su poder sobre todas las cosas,. La Pachamama está conformado por diferentes familias, en este mundo todos los seres son animados tienen vida, la familia de cerros, de plantas, de las aves, las personas y una de ellas es la familia del agua.

Cuentan que el Tayta granizo, es el papá del agua, y la Mama para la madre, esta familia tiene un poder divino sobre todas las cosas, el granizo (como podemos decir la granizada) y la lluvia originan al agua “unu” , el agua en nuestro medio significa la fecundidad de todas los seres vivos, sin agua nadie podría vivir, y con el agua crecen las plantas que brotan de la Pachamama. La familia del agua habita en los tres espacios de nuestro mundo andino(*). El granizo vive en el Hanaq Pacha, en las nubes perpetuas, la lluvia vive en el Kay Pacha, en los ríos y lagunas y el agua vive en el Ukhu Pacha, en el mundo adentro de donde emerge de los manantiales tiernos y cristalinos, el agua sale para formar acequias, ríos, lagunas y lagos, el agua sale de los ojos de la Pachamama, pero si alguna vez las personas incomodan su tranquilidad o quieren sacar más agua, estos manantiales desaparece, es que también el agua se puede enojar. No olvidemos también que el Tayta granizo ha puesto a su hijo el agua, en los lugares más inhóspitos para que sea fuente de vida de toda la humanidad.

El Tayta granizo es una persona que viene cuando hay problemas en las comunidades, castigando especialmente los abortos de mujeres, las peleas de las personas, las deudas y los engaños, entonces en las comunidades donde ha caído la granizada se sabe que hay problemas, por eso las personas por miedo al Tayta granizo, tratan de evitar los actos negativos y no pecar más.

El Tayta granizo es una persona con el que se puede conversar y decir que no venga, a su vez es una persona que tiene su camino, él no camina por cualquier sitio la gente evita su llegada, soplando con alcohol o golpeando con ropa negra. (Mayormente con pollera negra). El granizo es el que da sus mandatos sobre la tierra, los hombres y los animales.

El agua hijo del granizo y la lluvia, es una persona que viene en su debido tiempo para regar las sementeras y los pastizales, pero a veces hay sequía por que el agua no viene, entonces los comuneros de la zona, suben a la laguna madre, (Mama qucha) del Apu Quwallaki, para pedir que venga el agua. En la laguna madre el Yachaq o Paqu, conocedor de misterios, pide con sus plegarias para que venga el agua, interpreta el futuro augurio, ve las olas de la laguna y escoge al agua. También hay otro tipo de otras olas que representan a sus demás familiares, el Chikchi (granizada menuda) la tempestad y la helada. Y si el Yachaq se equivoca en escoger la ola, como castigo puede caer uno de ellos y puede malograr los cultivos y toda la vegetación. Una vez que se trae el agua en medio de danzas y una creencia legendaria, se deposita en una chuwa (vasija de barro) y se deja a la intemperie y al ver esto viene su madre la lluvia, para recuperar a su hijo el agua. Entonces el agua empieza caer y se termina la sequía. Dicen que en otros pueblos hermanos la gente sacan a las ranas para que estas lloren y por ellas venga el agua.

Tal vez un día se vaya el agua, por los malos tratos que le damos, no la cuidamos, contaminamos los ríos y lagunas y tal vez será difícil que el agua pura y cristalina vuelva a irradiar nuestras vidas.

(*)Mundo Andino: Clasificación que se tiene el mundo, “Pachamama”, desde la cosmovisión andina: Hanaq Pacha = el mundo de arriba, donde habitan los seres divinos. Kay Pacha = el mundo donde habitamos los seres vivientes, hombres, plantas y animales. El Ukhu Pacha, el mundo de abajo de donde brota la vida, emerge la semilla, el bienestar y la abundancia.


Fuente oral: Equicio Paxi Coaquira, Timoteo Fernández Aquise; Localidad de Mañazo, Comunidades del Altiplano.
Escolar: Rony Ulises Paxi Marín, 15 años, Puno
Asesor: Zacarías Oscar Ibáñez Banda

lunes, 18 de junio de 2007

LEYENDA GANADORA DE LA REGION JUNIN


LA LEYENDA DEL PANRARAN YACU

Muchos años atrás en la Comunidad andina de Tapuk, todo era prosperidad, tenían siembras, animales y las tierras producían en abundancia. Es que existía una gran cantidad de puquiales que abastecían de agua, para que pudieran regar sus campos y criar sus animales.
Dicen que a un lugar donde Tayta Wamany producía agua, nadie podía acercarse por ser un lugar sagrado y aquel que intentaba aproximarse era encantado. Por eso, nadie se acercaba a Jatun Puquio (el gran puquial), que brindaba sus aguas cristalinas a todos los demás puquiales y desde allí alimentaba a Tapuk. Una tarde don Faustino retornaba de un viaje a la ciudad, ese viaje lo había convertido en una persona prepotente y egoísta, desconocía y se burlaba de la fe del pueblo diciendo que eran tonterías, que en la ciudad, nadie creía y vivían de lo mejor, se alimentaban de cosas ricas, se vestían de lindos vestidos, no utilizaban velas sino hermosas luminarias de electricidad e incluso decía él – el agua salía en las casas. Gritando a los cuatro vientos si sembraban e ingresaban a esos lugares sagrados no pasaba nada. Que todas las riquezas siempre han existido y existirán. El problema – decía – es que somos unos ociosos y no queremos explotar la naturaleza. Por eso, les digo que comencemos a cultivar todas las tierras y verán que no pasa nada.
Efectivamente, sembraron cuanto pudieron y cosecharon como nunca. Luego, aumentaron sus siembras, cosechando en grandes cantidades. Pero, luego de cinco años de explotar, a pesar de las siembras y el trabajo la tierra ya no producía como antes, los puquiales se habían secado. Todos se lamentaban de haberle obedecido a don Faustino quien se había suicidado sintiéndose culpable de la desgracia. Tapuk, se había convertido en un pueblo abandonado, las personas se iban a diferentes lugares en busca de mejores condiciones de vida y los que se quedaron tenían que trasladarse a lugares muy distantes para conseguir agua. Es que ya no había agua. A primeras horas del día, salían con dirección al único puquio distante a más de dos horas de camino. Cargado sus porongos de barro se trasladaban en búsqueda de agua. Los hombres realizaban todo un viaje, sólo para abastecer de agua en casa, mientras que las mujeres cocinaban y hacían la limpieza. Los animales se morían de sed y de hambre si no eran llevados de manera especial al puquio para que tomen agua.
En Tapuk, ya sólo dependían de las lluvias para sus siembras. Uno de los ancianos de la Comunidad, pidió una reunión para solucionar el problema causado. Efectivamente se reunieron en la plaza principal para escuchar al anciano. Fue cuando dijo: “Hermanos comuneros, durante mucho tiempo observé de cómo maltratamos a la madre naturaleza y nadie nos atrevimos a reparar esos daños, en estos cinco últimos días, sueño que Tayta Wamany, las plantas, los animales y el agua me hablan con mucho dolor y lágrimas sobre el maltrato que hemos causado y piden el arrepentimiento de todos para que ellos vivan y también nos den vida. Es muy urgente, llevar la ofrenda al cerro sagrado para poder recuperar la riqueza”.
- Ja, ja, ja – Eustaquio, uno de los comuneros rompió en carcajadas, – O sea, nosotros vamos hacer lo que un anciano soñó. No se pasen, si para eso nos reunimos es una pérdida de tiempo.
¡Un momento! – respondió el anciano – acaso, no somos concientes del daño causado a la naturaleza, así como nosotros tenemos vida, también ella tiene vida, por lo que pido por favor, formemos un grupo de personas con fe sincera, para dirigirnos al lugar sagrado y hacer los pagos o nos arrepentiremos – En silencio, se agruparon diez personas, curiosamente eran los mayores y en ese instante partieron al lugar sagrado llevando frutas, coca quinto, dulces, vino, cigarro y un conjunto de yerbas aromáticas. A la medianoche llegaron al lugar indicado, rezaron con devoción, al tiempo que realizaron las ofrendas respectivas.
Ya al amanecer retornaron al pueblo, cuando un sonido tenebroso se escuchó en las montañas ¡Panrarán! ¡panrarán!. Los pobladores salían de sus casas despavoridos, gritando a grandes voces ¡Panrarán yacu tujyaramun! ¡Panrarán yacu tujyaramun!, y buscando refugio. Momento en que llegaba el anciano pidiéndoles calma que eso era normal, porque Tayta Wamany había aceptado la ofrenda y ese sonido significaba que el agua había reventado en todos los puquiales y el agua del río nuevamente bajaba cristalino y en abundancia. La riqueza y la felicidad habían retornado a Tapuk. A partir de ese momento rinden culto y respeto a la naturaleza, porque sino volverán a escuchar un ¡Panraran!

Fuente oral: Comuneros de Tapo, Huaribamba, Tayacaja, Huancavelica
Escolar: Antony Lizardo Romero Chávez, 12 años, Huancayo, Junín
Asesor: Moisés Lizárraga Torpoco