Esta hermosa leyenda de la Región Puno recopilada por el escolar Carlos Raúl Mamani Ticahuanca, de 17 años, de la ciudad de Juliaca, fue una de las cinco ganadoras del Concurso Nacional Escolar “MITOS Y LEYENDAS DEL AGUA EN EL PERU”. Carlos fue premiado con la suma de mil soles y su leyenda esta publicada en el libro que lleva el mismo nombre del concurso. El libro esta disponible gratuitamente para los colegios y como no llegará a todos los peruanos es que estamos publicando cada una de las leyendas, que en total son cincuenta de 21 regiones de todo el Perú.
LA ETERNIDAD DEL LAGO SAGRADO
Ese día el cielo se cayó varias veces, es decir, muchos mares se derrumbaron sobre el altiplano del sur peruano. No se sabe con certeza la fecha de estos sucesos, tampoco de las noches y los días que estuvo roto el cielo, lo que sí se sabe con toda seguridad es que una vez que el cielo se tranquilizó, las pocas gentes que sobrevivieron veían con temor la inmensidad de las aguas que cubrían el altiplano; en realidad era poca la tierra que se podía divisar y sobre esa especie de islas las personas apenas vivían.
Tuvieron que pasar muchas lluvias y lunas hasta que el gran lago empezó a tomar forma de felino-pez y la gente comenzó a tenerle respeto, especialmente porque entre esa gente vivía la awicha Antuca, una anciana que se pasaba los días anunciando los misterios y sitios ocultos que tenía el lago. Entre los misterios que mencionaba la awicha estaban por ejemplo los poderes curativos del lago. Decía que si las personas querían permanecer jóvenes de una manera prolongada, tenían que ir a orillas del lago antes de que amanezca y lavarse en el agua que se confundía con la rara brisa que a esa hora había, la awicha decía esas cosas y nadie podía dudar, por eso muchos iban antes del alba hasta las orillas del lago y se lavaban tal como ella había mencionado. Pasaba un buen tiempo y las personas se contemplaban en las azules aguas del lago y podían ver que en verdad se mantenían jóvenes a pesar aún de que ya contaban con más de sesenta años; no veían en su rostro ninguna arruga y ninguna mancha ni nada por el estilo.
Pero un día la awicha se puso muy triste después de haber estado leyendo por horas en su coca. Llamó a los hombres del lugar y les dijo que se venía algo realmente increíble, algo que no podía creérselo ella misma, pero que la coca no mentía. Cuando estuvieron los hombres y mujeres y niños alrededor de la anciana, ella empezó a decirles, casi entre lágrimas y con la coca entre sus manos, lo siguiente: “Este lago azul en toda su inmensidad, transparente como los vientos de agosto, esta brisa que concluye las tristezas, este enorme espejo donde todos los días el sol se mira en su grandeza, este reflejo de paz que nos hace vivir día a día, escúchenme bien, todas esas cosas ya no serán más; nuestro lago va a desaparecer. Nuestro lago se va a secar, y con él los peces, las totoras y demás criaturas que habitan en él. La verdad es que nunca pensé que esto iba a suceder, pero acabo de verlo una y otra vez, ni yo misma lo puedo admitir pero, todo esto dejará de ser. Este lago solo será un recuerdo y en su lugar únicamente quedará un inmenso hoyo absolutamente seco sin ninguna señal de vida. Las aves tendrán que buscar en otros lugares el brillo de otras aguas, las Wallatas, las gallaretas, los patos y los lek’echos no podrán estar más aquí porque ya no verán esta tranquilidad y el color que las hace verse hermosas y donde pueden calmar su sed sin ningún temor. Las plantas que ahora existen en el lago tampoco serán más. Alguien del grupo se apresuró a preguntar por el culpable de esas cosas y debido a qué motivos ocurriría aquella desgracia a lo que la awicha continuó su lectura en la coca, casi sin tomar en cuenta lo que el hombre preocupado había querido saber “las tardes sobre una balsa de totora en busca de las truchas se habrán ido; todos buscarán entre la tierra y nadie podrá encontrar una sola gota de agua en muchos días, las manos de los hombres se gastarán en la tierra y no habrá señales de agua, ningún amanecer tendrá ese sabor de las lluvias, no se volverá a escuchar el canto de los pájaros porque los primeros en morir serán ellos, luego las plantas, nuestras ovejas, nuestras llamas y todos nuestros animales de cría que viven gracias al agua, todo se irá marchitando poco a poco .
El cielo parecerá haberse enojado por aquellos días, ya que los riachuelos que alimentan actualmente al lago para que esté igual todo el tiempo, también se secarán, no se asusten, pero el agua de todos lados se irá, habrá una terrible ausencia de agua. Miren la coca, nos iremos a otros lugares y será lo mismo, tampoco habrá agua para beber siquiera un bocado, los cerros que ahora vemos de color verde, esos mismos se harán color tierra y nuestros rastros quedarán como un recuerdo sobre esa tierra, solo rastros que al atardecer el viento se llevará al lugar de los recuerdos, todo se irá convirtiendo poco a poco en tierra seca, nadie podrá ir al lago y lavarse al amanecer y encontrar la juventud de su piel, las totoras que ahora vemos verdes se habrán ido a la eternidad.
Mañana les diré quién será el culpable de estas cosas que se avecinan. Traten de estar tranquilos, quizá nosotros no veamos esas cosas, pero de cualquier manera cuidemos el lago que el cielo nos ha regalado, lleven a sus hijos a lavarse en el lago cuando amanece. Miren el brillo del lago al atardecer, es un paisaje bonito, mis ojos que están jóvenes porque los lavo también en esta agua, pueden ver la distancia enorme que es la medida de nuestro lago, los sitios ocultos que tiene el lago son los que iré a ver mañana, traeré algunas hierbas sagradas que crecen en cierta orilla del lago, son una plantas medicinales, también iré a una alejada orilla del lago donde cada fin de año aparecen unos raros animales muertos en la orilla, son extraños esos animales, no se parecen ni a peces ni a aves ni a nada, pero tiene un mágico poder: cuando uno los come adquiere un vigor imposible de describir. Esos sitios me los enseñó mi madre, ella sabía de ese tipo de asuntos desde que le había caído el rayo durante una tarde de tremendas lluvias y rayos que no quiero recordar. Ya les diré esas cosas y sobre todo les contestaré la pregunta que uno de ustedes me hizo, ahora váyanse”.
Poco a poco la gente empezó a desaparecer del lugar, la awicha fue la última en irse luego de haber levantado toda su coca que ahora guardaba entre su istalla para irse a la cima de un cerro que ahora se llama Huajsapata en cuya cima vivía en una choza que estaba casi a punto de caerse.
Pasaron otra vez muchas lluvias y lunas y la gente del altiplano le tenía un gran respeto al lago que se fue volviendo en un lugar sagrado, sus aguas especialmente tuvieron una fama que traspasó los límites de todo el lugar, las gentes de entonces le atribuían muchas curaciones y beneficios que hasta antes de que hable la awicha Antuca no se habían mencionado, pero en cambio ahora era distinto, el lago se había convertido en un lugar de respeto y veneración y así fueron pasando los días y sus noches en esta zona de fríos y vientos que siempre existieron como un matiz que adornaba y caracterizaba el altiplano.
Una tarde en que el cielo se nubló oscuramente y el viento se había escondido en algún lugar, la gente ya sabía que se avecinaba una terrible lluvia, todos en el lugar que ahora se llama Puno, empezaron a correr desde donde estaban y se escondían como podían, algunos dijeron que esta lluvia sería muy fuerte y que había que protegerse de la mejor manera ya que uno nunca sabía cuánto tiempo iba a durar la caída de aguas celestes. Pero una vez que todos se escondieron y esperaban pacientemente la caída de la lluvia, ésta no empezaba, no comenzaba lo que todos creían algo ya anunciado igual que cientos de veces, entonces un raro viento apareció y las nubes empezaron a alejarse y el cielo se volvió azul y aquella tarde se fue la lluvia del lugar y nadie se explicó qué estaba pasando, fue entonces que la awicha apareció nuevamente debido a que muchos fueron a buscarla hasta su choza y allí la encontraron, estaba muy seria y con la mirada puesta en la inmensidad del lago, las aguas se movía en un lento vaivén. El mismo hombre que hizo la pregunta que no había contestado la awicha en una reunión anterior, al parecer era el más curioso de todos, por eso es que volvió a preguntar: ¿Dinos Antuca, qué es lo que está pasando ahora? Entonces la awicha sacó su istalla y la extendió nuevamente para enseguida poner la coca y empezar a decir: “estos son los primeros anuncios de las cosas que se vienen, el lago se está volviendo cada vez más pequeño, como ustedes se habrán podido dar cuenta, las plantas no crecen igual que antes y la pesca no tiene los mismos peces que hace un buen tiempo atrás tenían, la abundancia y el tamaño han desaparecido por completo, y esto seguirá así hasta que ya no haya nada, ni siquiera la misma agua, como les había dicho la anterior vez, fíjense ustedes, de todos estos sucesos sólo hay un culpable ¿Quién es? dijo otra vez, apresurado, el hombre de las preguntas. Bueno, eso es lo más trágico; el culpable no solo eres tú, somos todos, toditos los que estamos aquí, nuestros hijos serán más culpables todavía. Fue entonces que todos se miraron entre sí y con preocupación empezaron a preguntarse y a murmurar una gran cantidad de cosas, como por ejemplo “la Antuca debe estar loca”, “la Antuca ya se está equivocando”, “la Antuca ya no puede leer bien la coca”, “nosotros qué podríamos hacerle a este inmenso lago” o finalmente, “son cuentos las cosas que dice la Antuca” y luego de un largo bullicio el hombre de las preguntas se volvió hacia la awicha y dijo: ¿estás segura de lo que dices Antuca? La anciana movió las hojas de coca y concluyó diciendo: las cosas que digo ya están dichas, pero si no me creen, solo esperen un poco más, de aquí a unos cuantos años más desde donde estén, vivos o muertos, podrán comprobar que lo que me dice la coca es una gran verdad, ahora dejen de sorprenderse tanto y miren cómo en estos días finales las aguas de este lago todavía siguen despidiéndose con repetidos brillos y olas que palpitan como el corazón de las kantutas más hermosas. Miren cómo sobre este lago aún vuelan las aves, observen a las torcazas anidando entre los kapulíes y sankayos, distingan cómo entre el ichu se enreda el aroma de la muña, dense cuenta cómo es posible navegar sobre estas aguas cristalinas, vean ustedes mismos que todavía se pueden pescar karachis, ispis, suches, truchas y mauris, reconozcan esas cosas hermosas aún…
Y mientras todos miraban con enorme interés las aguas del lago sagrado, la anciana empezó a alejarse del lugar sin que nadie la viera. Ninguno se dio cuenta que al llegar a las orillas del lago, Antuca empezó a entrar a las aguas sin ningún temor, siguiendo las huellas de un felino, y enseguida se perdió en sus profundidades como si tuviera un convenio con el coloso lago sagrado.
Dicen que en estos tiempos, cuando canta el puku puku, se la puede ver que aparece sobre una isla del lago, sentada y picchando su coca, también dicen los balseros del Titicaca que a orillas del lago y solo en los atardeceres de febrero, es increíble verla en las playas de Chatuma o Charcas leyendo su coca en pleno viento, esta anciana también baila huayños o sikuris alrededor de un k’olli con un maqta hermoso, a veces por Moho, a veces por K´asani, otras por Yunguyo, Chucuito, Capachica, Ilave, Pomata y a menudo por uno de los más misteriosos lugares llamado Juli (esa es otra leyenda que un día les contaré) y a veces por la misma ciudad de San Carlos; juran que ese maqta es el lago que se despide fingiendo estar alegre; pero un día, en muchos años más, volverá en forma de lluvia torrencial y será nuevamente la misma inmensidad que regalará vida a todos los hombres.
TERMINOLOGÍA
1.-Awicha: Vocablo que alude a una mujer anciana.
2.- Wallatas: Aves típicas del lago Titicaca, tienen un parecido a los patos silvestres, sus huevos son altamente nutritivos, por eso son buscados para ser comercializados en los principales mercados de la zona.
3.- Lek’echos: Aves de color negro y blanco, viven a orillas del lago y suelen cantar solo cuando vuelan.
4.- Istalla: Es una pequeña manta tejida de lana, sirve especialmente para guardar coca
y para ciertos rituales.
5.- Huajsapata: Nombre del cerro más tradicional de Puno, tiene muchas historias por
su ubicación y por su altura.
6.- Kantutas: Flores originarias de la zona andina, de color y aroma muy singulares.
7.- K’arachis: Peces con abundantes escamas, habitan en el lago Titicaca, son
cotizados para la preparación de uno de los platos más típicos del altiplano.
8.- Ispis: Pececillos minúsculos que también forman parte de la fauna del Titicaca.
9.- Suches: Barbados peces de tamaño considerable, actualmente se encuentran casi en
extinción.
10.- Totora: Familia de las tifáceas, plantas que normalmente crecen en zonas de
abundante agua.
11.- Mauris: Son peces de menor tamaño que el suche, habitan en aguas dulces y
forman parte de la variada fauna del Titicaca.
12.- Picchando: Acción de masticar la sagrada hoja de coca.
13.- K’olli: Árbol andino de color pálido y altura mediana.
14.- Huayños: Música netamente andina, refleja las vivencias y sentimientos del
hombre.
15.- Sikuris: Grupos de música que tienen como elemento principal al siku, instrumento de música andina parecido a la zampoña
16.- Paucarcolla: Pueblo de paso ubicado entre Juliaca y Puno, se caracteriza porque
sus habitantes tienen una vida constante en las aguas del Titicaca, además son los primeros en ampliar sus territorios debido a la sequía que atraviesa estos días el lago sagrado.
17.- Maqta: Término quechua que significa mozo o jovenzuelo de carácter más o menos parecido, agraciado.
18.- Puku puku: Ave que vive solitaria entre los ichus andinos. Su canto suena como su
nombre.
19.- Kapulíes: Árbol andino que tiene frutos parecidos a los de la guinda.
20.- Sankayo: Planta perteneciente a la familia de las cactáceas, posee flores aromáticas
y multicolores.
21.- Ichu: Es una planta gramínea que abunda en las zonas del ande peruano.
22.- Muña: Planta aromática, tiene la característica de lograr efectos curativos en el
sistema digestivo.
Fuente oral: Antonia Sejje Tito; Paucarcolla, Puno
Escolar: Carlos Raúl Mamani Ticahuanca, 17 años; Juliaca, Puno
Asesor: Darwin Eduardo Bedoya Bautista
PRIMER CONCURSO ESCOLAR NACIONAL
Hace 13 años